South American Research Journal, 5(1), 5-12
https://www.sa-rj.net/index.php/sarj/article/view/68
https://doi.org/10.5281/zenodo.15611364 9
indígenas, lo que ha complicado la aceptación
plena de un modelo multicultural. Zapata (2019)
argumenta que el mestizaje, lejos de resolver los
conflictos identitarios, ha exacerbado las tensiones
dentro de los Estados-Nación latinoamericanos,
porque, en última instancia, la propuesta de una
"identidad latinoamericana" basada en la mezcla
cultural no ha sido capaz de superar las divisiones
históricas y las jerarquías coloniales.
En este contexto, la hibridación cultural se pre-
sentó como una vía para superar los sesgos colonia-
les, proponiendo una mezcla de lo indígena y lo eu-
ropeo como una oportunidad para integrar de forma
positiva las distintas culturas dentro de un solo
cuerpo. El trabajo de García Canclini (1990) des-
taca cómo la hibridación permitió una mezcla de
elementos culturales, gastronómicos, artísticos y
religiosos, favoreciendo la integración de los pue-
blos indígenas con los colonizadores. Sin embargo,
la crítica subyacente a este concepto de hibridación
es que, aunque promovía una imagen de integra-
ción, la mezcla nunca fue completamente equita-
tiva. Al final, el mestizaje no resolvió las desigual-
dades inherentes al sistema de Estados-Nación ca-
pitalista. Por el contrario, la hibridación cultural
terminó justificando las estructuras coloniales y sus
efectos globalizadores, neocoloniales y homoge-
neizadores, dado que el mestizaje, aunque inicial-
mente visto como una forma de integración, se im-
puso dentro de la misma lógica del sistema domi-
nante. El mestizaje, en última instancia, se con-
vierte en una manera de resolver los conflictos a
través de la "cohesión" superficial, sin atender las
tensiones estructurales más profundas.
Factores ambientales: Hipervisibilización y
transnacionalismo
Hoy en día, hablar de lo híbrido, multicultural
o diverso está lejos de ser neutral. Estos conceptos,
en lugar de abordar de manera efectiva los conflic-
tos identitarios internos del Estado-Nación, tienden
a ocultar las tensiones profundas que existen dentro
de él, propias del quimerismo. La hipervisibiliza-
ción de demandas sociales transnacionales, por
ejemplo, reduce la visibilidad de las luchas identi-
tarias locales y, en lugar de resolver el quimerismo,
amplifica su presencia al hacer que las voces histó-
ricamente marginadas queden desplazadas. Visibi-
lizar las demandas sociales no es lo mismo que hi-
pervisibilizarlas; mientras que la visibilidad puede
generar un debate legítimo, la hipervisibilización
distorsiona la realidad al ofrecer una representación
fragmentada e incompleta, que disfraza la verda-
dera naturaleza de los conflictos sociales (Hall,
2011).
La hipervisibilización se convierte en una he-
rramienta que no solo permite dar visibilidad a cier-
tas luchas, sino que también diluye la esencia de
estas demandas, desviando la atención de las cau-
sas profundas. Los reclamos sociales que dominan
las agendas mediáticas, como el feminismo, el
cambio climático y los derechos LGBTI, por ejem-
plo, son frecuentemente amplificados debido a su
impacto entre la juventud y su conexión con los
nuevos modelos capitalistas, que a su vez los hacen
más financiables y visibilizables en los mass me-
dia. Sin embargo, esta sobreexposición de temas no
siempre responde a un verdadero cambio estructu-
ral, sino a un proceso de "consumo" mediático que
se adapta a las dinámicas del capitalismo global.
Por otro lado, el transnacionalismo de estas
protestas y demandas sociales lleva a una visibili-
zación que se impone sobre las voces de aquellos
grupos que luchan por sus derechos dentro de los
marcos del Estado-Nación. Estas luchas, que están
intrínsecamente ligadas a las identidades naciona-
les y las estructuras históricas de dominación, tien-
den a ser desvirtuadas o ignoradas. Las comunida-
des afrodescendientes, indígenas o campesinas que
luchan por el reconocimiento de sus derechos terri-
toriales y culturales en países como Ecuador o Mé-
xico, por ejemplo, son frecuentemente opacadas
por las demandas más visibles en el ámbito global.
Las redes sociales y los mass media juegan un pa-
pel fundamental en este proceso, al magnificar de-
mandas que se ajustan a las lógicas neoliberales y
globalizantes, mientras que las luchas locales que-
dan relegadas a un segundo plano. Así, el "quime-
rismo" de estos pueblos, sus identidades históricas
y sus luchas por la autodeterminación, se ven des-
plazados en la narrativa global.
Este fenómeno es visible en la forma en que
los movimientos sociales en línea y en los medios
de comunicación se han convertido en una capa de
sedimentos que ocultan las luchas históricas más
profundas, como las que realizan las comunidades
indígenas para proteger sus recursos naturales de la
minería y otras formas de explotación capitalista.
Estos movimientos indígenas, por ejemplo, son
completamente despojos del poder estatal, mientras
que las demandas "más modernas" son